Cardeña, la primera cerveza trapense de España

Nace cerveza Cardeña

Recuerdo que estaba en una conocida cervecería arandina, degustando mi birra favorita y mientras tanto ojeaba la prensa local, cuando leí una noticia me llamó mucho la atención. Hablaba de una nueva Cerveza:  Cardeña.

Esta se fabricaba en un cenobio de la «Orden cisterciense de la estricta observancia», mas conocidos como Trapenses, en Burgos. El monasterio de San Pedro de Cardeña, y de ahí sacaba su nombre.

En dicha noticia se veía como imagen de cabecera al maestro cervecero «invitado» (ya que no es monje) sirviendo la susodicha cerveza.

Erik Coene, experto cervecero belga y colaborador del Monasterio de San Pedro Cardeña, sirve una cerveza para la cata. (imagen: Diario de Burgos)

La cerveza fue elaborada para dicho monasterio trapense por el creador de la receta, el escocés Bob Maltman, junto al Abad del mismo, el Padre Roberto Iglesias, en una cervecera madrileña y fue presentada ese día por el maestro cervecero belga Erik Coene, junto al Abad y al creador de la misma.

Este proyecto salia a la luz el pasado día 16 de Marzo de 2016. y así lo citaba Diario de Burgos:

La comunidad de San Pedro de Cardeña ha tomado la decisión de comenzar un proyecto similar al de abadías “hermanas” que producen cerveza desde hace siglos para ayudar a la supervivencia de la comunidad y afrontar los gastos. Una idea con sello propio inmortalizado en una cerveza que ya puede comprarse en la tienda del monasterio, en el mesón aledaño y que pronto se llevará a algunos espacios de la ciudad basada en la norma trapense de elaboración cervecera. Una fórmula que, según los maestros en este tipo de bebida, hace que las bebida sea “única”.

Desde entonces , casi dos años han pasado y como su Abad preveía, cerveza Cardeña se ha estabilizado bastante, incluso mejorando su receta, ya de por si buena.

cerveza Cardeña

No obstante, aunque intentan emular a las cervezas trapenses como Orval, Chimay, Westvleteren, Westmalle, Rochefort , Achel, Koningshoeven, Tilburg y Zundert elaboradas en abadías y monasterios de su Orden en otros paises, estas tienen ya ganado el sello de «denominación de origen» Autentico Producto Trapense.

En el artículo de DB se planteaba el proyecto de fabricarla en el mismo monasterio para así obtener el sello de calidad pero hasta el momento Cerveza Cardeña no lo tiene.

sello de calidad trapense

Mi cata de cerveza Cardeña

Cardeña es una cerveza que sigue el estilo belga,de alta fermentación y con segunda fermentación en botella. 

Elaborada con maltas, lúpulos levaduras y aguas siguiendo las tradiciones trapenses.

cerveza Cardeña

Mi cata fue de uno de los primeros lotes en salir, por lo cual, y de seguro con el paso del tiempo, la receta habrá mejorado, y así espero contarlo en futuras actualizaciones si es que vuelve a caer en mi boca…

De color tostado (aunque en la imagen parece mas rubia) y con blanca espuma persistente. Tiene cuerpo, aunque no el suficiente  comparandola con una trappist belga o francesa, como por ejemplo la chimay de mas baja graduación.

Su sabor es bastante agradable y equilibrado, afrutado y herbal con final seco, pero deja aún algo que desear para lo que se espera al pedir una trapense.

Particularmente y por su nivel de alcohol esperaba encontrar una cerveza mucho mas fuerte, mas «masticable», lo cual no significa que esta esté mal, simplemente para mi estas primeras producciones  fueron «flojas».

parte trasera de la etiqueta

Tiene una graduación alcohólica media:  7% Abv

El monasterio de San Pedro de Cardeña

(fuente: L. Sierra (ICAL), Diario de Burgos / Promecal en su artículo sobre esta cerveza)

Para hablar de la existencia de San Pedro de Cardeña es necesario viajar hasta el siglo X, cuando se cree que pudo crearse el monasterio. Los primeros documentos que acreditan su existencia datan del año 902 cuando el conde de Lantarón y de Cerezo, Gonzalo Téllez y su esposa Flámula formalizaron la primera donación al monasterio, aunque se sabe que tres años antes, en el 899, fue restaurado por el rey Alfonso III el Magno. En esta misma época se ubica el martirio de 200 monjes martirizados por los musulmanes. Un triste acontecimiento que hizo que Cardeña se convirtiera en un centro de peregrinación con la afluencia de muchos devotos entre los que las crónicas sitúan al monarca Felipe III.

La llegada de las tropas francesas al monasterio supuso un antes y un después en la historia del cenobio. Napoleón no solo saqueó la tumba del Cid y de su esposa, sino que ordenó quemar buena parte de las dependencias. Un desastre que hizo que documentos, libros como el Beato de Liébana y otras tantas joyas del castellano salieran de Cardeña para nunca más volver. La Desamortización de Mendizábal, en 1836, acabó por dar la puntilla al monasterio desolado y abandonado.

Un siglo después de la desamortización, Cardeña volvió a acoger a moradores. Esta vez eran prisioneros de la Guerra Civil que pasaron los momentos más duros de su estancia en un monasterio convertido en campo de concentración para prisioneros del bando franquista hasta 1940.

Acabada la guerra, y con la presencia del general Franco, Cardeña recobra la vida en 1942. La comunidad trapense se instala en el monasterio y en 1948 logra el título de abadía. Diecisiete años antes, unos meses antes de proclamarse la II República, fue declarado Bien de Interés Cultural.

En pleno siglo XXI, y con 1.100 años a sus espaldas, San Pedro de Cardeña es la morada de 16 monjes trapenses dedicados a la oración y el trabajo, además de a la custodia de una de las leyendas más importantes de la historia castellana, la del Cid Campeador.

Ahora también es la cuna de una cerveza que espera ser conocida en todo el mundo.